Mirando estas fotos, nadie diría que las hemos hecho en Tabernas, un lugar tradicionalmente vinculado a los conceptos de aridez, desierto o sequedad que esta vez nos ha sorprendido gratamente. Y eso debemos agradecérselo a Raquel, que insistió en que hiciéramos la sesión de fotos de postboda en su cortijo.

Y a pesar de nuestras dudas iniciales, hemos de reconocer que estuvimos súper a gusto y que las fotos quedaron geniales.

Porque  en Almería no todo es playa.